AUDIENCIA. #Silao abre la serie de los esperadísimos debates sobre cuestiones municipales, con las y los aspirantes a la Alcaldía como protagonistas del entramado que natural y tradicionalmente se compone de presentes y ausentes, expertiz e improvisación, propuestas presupuestalmente viables e ingenuas ocurrencias, agradable soltura y aberrante robotización, tranquilidad y nerviosismo, riqueza vocabular y palabrerío, y bueno, una deliciosa ensalada teletransmitida que captará un amplio segmento de la audiencia silaoense. ¿Quién acudirá y quién faltará? Por mediciones, posiciones y posturas, ya más o menos se sabe quién dirá sí y quién mejor se reserva el derecho de asistencia.
PROBLEMÁTICAS. Lo que nunca falta en este tipo de ponencias sujetas a contraste es el entramado de cuestiones socialmente problemáticas, las propuestas para resolverlas y las razones por las cuales se eligió tal o cual asunto desde una concepción tendidamente problematizadora. Lo de quién asiste y quién falta sería lo de menos, si lo que —muy en el fondo— es hallar las respuestas (o por lo menos las pistas) ante predecibles tópicos y cuestionamientos de índole municipal, como la recolección de residuos o el tan repiqueteado tema de la seguridad. Algunos se desenvuelven mejor que otros, hay quienes conectan mejor con el público y otros, definitivamente, sólo se abocan a repetir cantinelas previa y pésimamente estructuradas. Por supuesto, las clásicas monsergas y las increpaciones no pueden faltar, y desde luego tampoco faltará el clásico antagónico que trate de echarle en cara “algo aparentemente negativo” a las figuras ausentes, en vez de utilizar esos dos o tres minutos que utilizará para increpar en presentar propuestas bien delineadas. En pocas palabras, tal vez tengamos más de lo mismo de siempre y menos de lo que no siempre se ve (y tal vez los llamados “asesores” ya estén anotando ideas para sorprender en descampado). Y en general, las y los aspirantes siguen haciendo más trabajo propagandístico que disruptivo.
DESCONOCIMIENTO. Hay quienes tienen mayor dominio del tema que otros y hay quienes tienen mayor propensión a romper pactos que otros (eso es entendible), pero lo que ya no se vale (ni se debiese permitir) en estos tecnopolíticos tiempos es la aparición de aspirantes a aspirantes, es decir, aquellas figuras que parecieran estar sólo de relleno o por mero antojo, presentando fantasías irrealizables, aceptando el total desconocimiento de la cosa pública y atacando por el simple hecho de atacar. El debate tampoco vota, pero hay quienes tienden a sacralizar este formato como si fuese el último refresco disponible en medio del desierto. El debate sólo sirve para revisar más a detalle la plataforma y las propuestas de cada quien, discernir y tomar una decisión (se hacen para forjar ciudadanía). Por aquello del no sé de qué me están hablando, sería bueno que sólo acudieran los cinco mejor posicionados, para ponerle un poco más de emoción al mismo formato acartonado de siempre (al que sólo el ataque lo salva de ser totalmente torturante y somnífero). Pero antes de estar libres de pecado, que cada quien aviente su mejor encuesta.
Postdata: No queremos oír candidatas o candidatos que sólo hablen de meras ocurrencias.